Hace exactamente 80 años, al caer la noche del 19 de agosto de 1939, el jefe supremo de la Kriegsmarine, el almirante Raeder, recibió una llamada muy trascendente. Era requerida su presencia ante el Führer, Adolf Hiter. El canciller de la Alemania nazi le comunicó al marino que había recibo las seguridades de que Stalin se avenía a firmar el famoso pacto de no agresión que pocos días más tarde asombraría a propios y extraños. Así Hitler tenía las manos libres para aplastar a Polonia. La reacción de Francia y gran bretaña era una incógnita, por lo tanto, y en previsión de un posible enfrentamiento, las unidades de la marina de guerra debían dejar sus puertos y ocupar las zonas de guerra asignadas.
Este escenario había sido ya previsto por el Estado Mayor de la Kriegsmarine. La flota de sumergibles, por entonces bastante reducida, se hizo a la mar de inmediato. Por su parte, los pequeños acorazados "Graf Spee" y "Deutschand" hicieron lo propio a toda máquina. El primero de ellos terminaría su legendario raid pocos meses más tarde en las marrones aguas del Río de la Plata, pero eso es otra historia. En mi propia biblioteca tengo un hermoso cuadro del Spee abandonando Wilhelmshaven el 21 de agosto, regalo de un hijo de uno de los marineros que iba a bordo...
Todavía era la noche del 19 de agosto cuando diecisiete submarinos del tipo IX ( los primeros del tipo oceánico) dejaron apresuradamente sus amarras. Su misión era ubicarse entre las islas británicas y el Océano Atlántico.
Días más tarde tomarían posiciones submarinos de radio de acción menor en todo el Mar del Norte y sus inmediaciones. Uno de ellos era el U-30, del tipo VII A, comandado por el teniente Fritz Julius Lemp, quien pocos días más tarde hundiría por error al buque de pasajeros "SS Athenia", dando origen a un incidente internacional de grandes proporciones.
De esa manera, el cerco sobre las islas estaba preparado aún antes del inicio oficial de las hostilidades.
Esta es una muy hermosa y nítida fotografía del U-37, del tipo IX A. Al mando del entonces Kapitänleutnant Schuch dejó Wilhelmshaven la trascendental noche del 19 de agosto, tal como los hemos narrado. Esta sumergible tuvo una dilatada y exitosa carrera en la guerra. Aún en los tiempos más difíciles nunca pudo ser hundo por los aliados. Por su parte mandó al fondo del mar a 53 barcos aliados, por más de 200.000 toneladas. Comandante de la talla del as Werner Hartmann tuvieron el honor de tripular a este lobo gris. El U-37, uno de los pocos submarinos oceánicos de preguerra, terminó sus días el 5 de mayo de 1945, siendo echado a pique por su propia tripulación.
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