Julio B. Mutti
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Hace muy poco tiempo pude conocer el rostro de uno de los principales espías alemanes que operaron en Argentina durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. El bisnieto de Hans Napp, quien leyó de las andanzas de su pariente en mi libro “Nazis en las sombras”, tuvo la amabilidad de contactarse y, entro otras cosas, aportar su fotografía. Fue realmente importante poner un rostro a la historia de “Berko”, ya que su imagen me resultó esquiva tanto en los registros argentinos como estadounidenses.
Hans "Berko" Napp, varios años luego de la guerra |
Hans Napp, llegado a la Argentina en 1921, fue uno de los primeros espías reclutados por el Abwehr a comienzo de la Segunda Guerra Mundial en ese país. Para 1941, dada la exposición mediática que tenía el jefe del grupo de espionaje, Ottomar Müller, Napp fue designado para crear un nuevo equipo completamente independiente. Una de las especialidades de sus hombres fue el espionaje portuario.
Así, el nuevo grupo de Napp se alojó en unas oficinas de la calle Reconquista 331, en pleno centro porteño, al amparo de una dudosa firma comercial por él creada. DIN (Deustche International Norm).
Los agentes del Abwehr eran dirigidos desde la cercana Embajada de Alemania, más precisamente por el agregado nava capitán Dietrich Niebuhr, el hombre más importante de la organización de espionaje alemana en el Hemisferio Occidental.
Para noviembre de 1942, la caída de las redes de espionaje alemana en Brasil puso en evidencia a los hombres de Napp, quienes terminaron tras las rejas. Incluso Niebuhr, el responsable tras bambalinas, terminó expulsado luego de ser incriminado por los documentos secuestrados en Reconquista 331. La primera etapa del espionaje del Tercer Reich en Argentina había terminado.
Reconquista 331 |