U-Boat Argentina

Este blog tiene como objetivo describir hechos históricos. Bajo ningún concepto se tratan temas políticos. La aparición de cualquier imagen o fotografía relacionada a regímenes totalitarios es puramente ilustrativa y relacionada a temas históricos tocados en el sitio.

La verdadera historia del material nazi hallado en la Corte Suprema

Por Julio B. Mutti. Todos los derechos reservados. Buenos Aires 15 de mayo de 2025

Todo sucedió durante los mismos meses del invierno de 1941, casi en simultáneo: La llegada de propaganda nazi con destino a la Embajada del Reich a bordo del buque japonés “Nan A Marú”, los allanamientos en las organizaciones nazis propiciados por una causa en la justicia ordinaria y la intercepción de un radiotransmisor de alta potencia que los funcionarios alemanes intentaron contrabandear desde Buenos Aires hacia Perú.

En los casos relacionados a la Embajada de la Alemania nazi intervino el juez Federal Jantus, ya que involucraba a una representación extranjera con la que Argentina mantenía relaciones normales. Sin embargo, la causa por las organizaciones nazis recayó en la justicia ordinaria.

Con tal acumulación de casos en tan pocas semanas, no resulta extrañar, entonces, la gran confusión que se ha creado estos días sobre el origen y el contenido del material nazi hallado en un sótano de la Corte Suprema.

La descripción del contenido hecha en los medios fue bastante variada. Se habló de “propaganda” y “pasaportes y fichas de afiliación nazis”. Se dijo también que todo el material llegó al país en 1941 a bordo del mencionado barco japonés y permaneció olvidado por casi ocho décadas. Sin embargo, el origen del material, al menos el que se mostró en los medios, no es el informado.

Tanto el origen como el contenido de las cajas han sido parcialmente mal interpretados por los responsables que intervinieron, al menos en su parte más importante: Las libretas de afiliación. Entre los documentos hallados no hay pasaportes, y las libretas de color rojo con la cruz esvástica en su portada y las marrones, más pequeñas, que se mostraron en todos los medios no llegaron a la Argentina a bordo del vapor japonés; en este buque solo llegó propaganda nazi ordinaria de variado contenido.



La reconstrucción y las pruebas de la verdadera historia

El material de afiliación nazi, es decir las libretas rojas y marrones, pertenecía a dos organizaciones nazis que operaron en nuestro país antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

Ante el avance del totalitarismo, en el año 1941, el Congreso de la Nación creó la llamada “Comisión Investigadora de las actividades Antiargentinas,” liderada por los diputados Damonte Taborda y Solari. Poco después de su creación, la Comisión llevó a la justicia una denuncia contra dos organizaciones nazis: Se registró como la Causa 12.139 en el Juzgado de Instrucción en lo Criminal N° 10, a cargo del juez Ramón F. Vásquez, con sede en el Palacio de Justicia de la capital, el mismo edificio donde se produjo el reciente hallazgo.

En mayo de 1939, un decreto del presidente Roberto Ortiz había prohibido las actividades de organizaciones políticas extranjeras, entre ellas el NSDAP (partido nazi) y del gremio único nazi, el Frente Alemán del Trabajo. Sin embargo, casi el mismo día, los nazis decidieron eludir el decreto y crearon dos organizaciones paralelas que no eran otra cosa que la continuidad del partido y el gremio bajo otros nombres: “Circulo Alemán de Beneficencia y Cultura” y “Unión Alamana de Gremios”, respectivamente. Mantuvieron los mismos dirigentes, las mismas publicaciones, cuentas bancarias, sedes y los mismos métodos de intervención y adoctrinamiento dentro de la comunidad germano-parlante

El juez Vásquez tomó cartas en el asunto rápidamente. El 23 de julio de 1941, la policía allanó en simultáneo la sede la Unión Alemana de Gremios, en Alsina 1250, primer piso, y las oficinas del Círculo Alemán de Beneficencia y Cultura, en 25 de mayo 145, el edificio del Banco Germánico. En este último funcionaba también la Embajada del Tercer Reich en los pisos superiores. Ambos edificios hoy se mantienen en pie y son testigos silenciosos de lo que ocurrió aquella agitada noche de invierno de 1941.

Se necesitó un camión de grandes dimensiones para poder transportar todas las libretas de afiliación, revistas, ficheros y registros contables que se secuestraron en ambos locales nazis. Una multitud de personas se agolpó en las calles, según se escribió, y fue testigo de la presencia del juez Vásquez y de los diputados Damonte Taborda y Solari, que abandonaron las sesiones del Congreso para presenciar el procedimiento. La prensa escrita, que no ahorró en detalles, es una gran prueba del origen del material. Por ejemplo, el diario La Prensa, que siguió el tema durante semanas, dijo unos días después que: “La actividad de cada uno de los asociados a dichas entidades, las sumas de dinero que con carácter de subsidio por enfermedad u otros motivos recibían, así como diversas características encontradas en las libretas de tapa roja ostentando la cruz gamada es otro de los aspectos que abarca la investigación…” Esta descripción es reveladora, ya que coincide a la perfección con el material que se halló en el Palacio de Justicia la semana pasada.

Una de las libretas del CABC se preservó en el archivo de la Cámara de Diputados

La causa por asociación ilícita avanzó en el juzgado de Vásquez y muchos dirigentes nazis importantes pasaron unas semanas en la cárcel: Arnold, Jahare, Korn, Wieland, Volberg, Ziegele, Frohlig, entre otros; un total de treinta y un dirigentes. Estos nazis prominentes fueron defendidos en su mayoría por el doctor Justo Bergadá Mujica, el abogado de confianza de los nazis desde hacía tiempo, que pagó con dinero de la Embajada sumas muy importantes de dinero en concepto de fianza. Todos los domicilios de los dirigentes fueron allanados días más tarde, lo que proporcionó nuevo material incriminatorio. Wilhelm Wieland fue el último responsable del partido nazi en el país. Heirich Volberg ostentaba el cargo de responsable de la oficina económica de las Auslandorganisation, es decir del brazo exterior del partido nazi. Su función era hurgar entre los libros contables de las compañías germanas radicadas en Argentina y determinar el monto que estas debían destinar a la causa hitlerista. En función de este trabajo se redactaban listas negras de empresarios alemanes “rebeldes” o poco comprometidos con la causa. También se presionaba a estas empresas a deshacerse de empleados judíos. Tiempo después fue expulsado del país por sus actividades.

Muchos datos sobre la causa 12.139 contra los nazis se conservan en la Cámara de Diputados



Al año siguiente, en septiembre de 1942, un tribunal de apelaciones de la Cámara del Crimen revocó el fallo del doctor Vásquez y eximió de condena a los dirigentes nazis, debido a que todos los afiliados a la Unión Alemana de Gremios declararon que habían hecho los aportes de dinero de manera voluntaria. Aunque el fallo del tribunal benefició a los dirigentes nazis, puso de relieve el desenfado con que los nazis actuaban en Argentina de manera contraria al decreto de mayo de 1939. Esto desencadenó que el Ministerio del Interior resolviera el 14 de septiembre de 1942 la disolución del Círculo Alemán de Beneficencia y Cultura. Sin embargo, los nazis siguieron reuniéndose, y el 9 de enero de 1943 el ministerio autorizó formalmente estas reuniones con “fines benéficos”. Poco después llegó el golpe de estado de junio de 1943, se disolvió la comisión investigadora del Congreso y los nazis obtuvieron “nuevas libertades” para sus fines. Pero esa ya fue otra historia.

Desde el año 2016 me dediqué a buscar el expediente que Vásquez y su secretario, el doctor Barberis, construyeron sobre las actividades de los nazis locales. El Juzgado de Instrucción 10 ya no existe en el Palacio de Justicia, pero visité a su “sucesor”: En el libro de la Mesa de Entradas aún había en 2016 un viejo libro de actas en que se podía constatar el ingreso de denuncia de la CIAA y el inicio de la causa.

Luego de recorrer innumerables dependencias del Poder Judicial comprendí que el expediente completo seguramente había sido incinerado hacía mucho tiempo. Pero nunca imaginé que parte del material probatorio estaba perdido en los confines y entresijos del Palacio de Justicia; y mucho menos que algún día iba a aparecer.

La Prensa: 24 de julio de 1941. Se llevan las libretas de afiliación


La Prensa, 29 de julio de 1941, descripción del material secuestrado
en la UAG: Las libretas rojas con la esvástica



¿Por qué existe la confusión con el material de propaganda llegado a bordo del “Nan A Marú” y cuál es la historia de ese material de propaganda?

Como dije, todo sucedió casi al mismo tiempo, y el material de propaganda nazi que llegó en el vapor japonés fue una causa de menor importancia en comparación con los allanamientos y el transmisor de alta potencia. 

Los archivos de la Comisión Investigadora y la prensa de época también permiten reconstruir esa historia. El barco japonés, todavía neutral, salió de Kobe el 29 de abril de 1941 y llegó a Buenos Aires el 20 de junio del mismo año, amarrando en la Dársena A, Sección 3. Llevaba en su bodega 83 bultos ordinarios, es decir que no eran valijas diplomáticas, de un peso de entre 6 y 9 kilogramos cada uno, con destino a la Embajada del Reich en Buenos Aires. La dirección de correos y Telégrafos recogió los bultos y los llevó a la Oficina de Correspondencia Internacional, Balcarce 340, donde quedaron retenidos ante la advertencia de la comisión.

Seis días más tarde, los nazis presentaron una nota al Ministerio de Relaciones Exteriores que todavía se conserva en el archivo de la Cámara de Diputados: Alegaron que eran elementos de uso personal del embajador von Thermann. Mientras tanto, el Poder Ejecutivo dictó un decreto que limitaba la acción de propaganda de las embajadas extranjeras que no solo afectó a los nazis, sino también a los británicos.

Finalmente el Ministerio de Relaciones Exteriores autorizó la revisión de los bultos llegados en el Nan A Marú. Recién el 8 de agosto del mismo año, un funcionario de nombre Felipe Chiape, en representación del ministro Ruiz Guiñazú, dirigió la apertura ante dos representantes alemanes. Chiape pidió a los representantes de la Comisión del Parlamento, que también estaban presentes, que eligieran 5 bultos al azar. El primero en abrirse fue el paquete numerado “14.517”. Los cinco paquetes tenían idéntico contenido: “Exclusivamente material de propaganda: folletos, libros, escritos en idioma alemán, inglés y francés…” según los parlamentarios dejaron trascender y de acuerdo a los publicado en el diario La Prensa.

Ninguna libreta de la UAG u otra organización apareció entre los bultos llegados en el “Nan A Marú”. Los nazis no eran tan estúpidos como para enviar material sensible por encomienda postal simple.

La propaganda nazi quedó temporalmente en poder del Ministerio del Interior. Debo confesar que en un principio pensé que el material de propaganda llegado en el vapor japonés fue retenido en Argetina y forma parte del que se encuentra en el Archivo de la Cámara de Diputados. Sin embargo, de acuerdo al historiador doctorado en Alemania Victor La Fuente, actualmente en Berlín, documentos de los Archivos Federales de esa ciudad sobre las comunicaciones entre la Embajada del Reich en Buenos Aires y la capital alamenana, Argentina y los nazis acordaron reexportar la propaganda llegada en el "Nan A Marú" para evitar mayores fricciones entre ambas naciones 


Sobre el material de propaganda y el “Nan A Marú”: 
Diario La Prensa, 8 de agosto de 1941

Descripción del  material de propaganda del Nan A Marú:
Diario La Prensa, 8 de agosto de 1941


El “Nan A Marú”

Fuentes: CIAA, Archivo Cámara de Diputados
Hemeroteca del Congreso de la Nación: Ejemplares diario La Prensa julio y agosto de 1941

 Julio B. Mutti



Los documentos nazis en el Archivo General de la Nación y las actas de Fabricaciones Militares

Prohibida su reproducción parcial o total sin la expresa autorización del autor

Los documentos en el Archivo General de la Nación (AGN)

Seguramente, todos han leído o escuchado en los medios sobre nuevas desclasificaciones de archivos sobre nazis en Argentina. Pero ¿esto es así exactamente?

Si bien la relevancia del material sobre los nazis que el gobierno puesto a disposición en el sitio del AGN es grande, porque reconstruye la historia de cómo ingresaron a Argentina algunos criminales de guerra nazis importantes, la realidad es que no representan una nueva desclasificación. En 1992, a través de un decreto del entonces presidente Menem, se reunieron todos estos archivos provenientes de diferentes organismos del Estado en dicho organismo. Esta iniciativa formó parte del proyecto CEANA (Comisión de Esclarecimiento de las Actividades Nazis en Argentina), que luego de finalizar el examen de estos documentos emitió informes finales muy esclarecedores.

Son aproximadamente 1800 fojas con todo tipo de documentos. Algunos más relevante que otros, como por ejemplo la información migratoria o prontuario de nazis como Mengele o Eichmann. Otros son simples recortes de prensa de diferentes épocas.


Carnet de empleado de Adolf Eichmann, bajo el falso nombre de Ricardo Klement como empleado de Mercedez Benz


¿Pero podría surgir algo novedoso? Las actas de Fabricaciones Militares

Hacer alrededor de 5 años, se realizó una denuncia sobre una nueva ruta de dinero nazi desde Argentina hacia Suiza. Esta denuncia decía que la Unión Alemana de Gremios había girado sumas exorbitantes de dinero para financiar a la Alemania nazi. Sin embargo, los documentos del BCRA y de la Cámara de Diputados disponibles contradicen esta teoría.

Ahora, al parecer, en la misma línea de la investigación de fondos, el Centro Simón Wieshental está poniendo especial énfasis en unas actas secretas del Directorio de Fabricaciones Militares que llegaron a sus manos recientemente. A través de estas actas, que datan de entre 1945 y 1948, se prueba que la empresa estatal ordenó la contratación de personal técnico en Europa y material. Se destinó para ello una suma total, de acuerdo a la indexación hecha por Mariel Fitz Patrick, alrededor de $ 5.000.000 de dólares estadounidenses actuales. Pero como vamos a ver a continuación, solo una parte de ese dinero pudo haber sido destinada a técnicos alemanes.

Si bien estas actas no se encuentran entre el material al que tenemos acceso en el AGN desde hace décadas, tengo la certeza de que formaron parte del materia consultado para el proyecto CEANA. Fueron examinadas detenidamente en los años noventa por el notable historiador Robert Potash, ya fallecido. Sus conclusiones sobre las actividades de FM formaron parte del segundo informe CEANA publicado en 1998.

Una de las actas del Directorio de FM, publicada por Infobae el 8/5/2025


Las actas no estaban clasificadas hace treinta años y tampoco lo están ahora. Pero para poder emitir una opinión profunda debería poder examinarlas en personalmente. Como dudo que eso sea posible, resulta interesando recordar que dijo Potash en 1998 sobre ellas y los técnicos alemanes reclutados por FM.

Luego de acceder a las memorias anuales de Fabricaciones Militares, a la colección completa de varios volúmenes de las actas de las reuniones semanales del directorio, un volumen aparte de Resoluciones Secretas y los legajos individuales de técnicos y científicos que trabajaron bajo contrato, para Potash resultó evidente que los oficiales de la FM consideraron que la contratación de servicios de personal técnico especializado proveniente de Europa constituía una oportunidad para superar la debilidad industrial de la Argentina. Incluso antes de finalizar la guerra, el Directorio aprobó contratos para una serie de técnicos formados en Europa, que incluyó a alemanes y polacos, y que habían llegado a la Argentina antes o durante la contienda. El primer intento para reclutar personal directamente de Europa data de junio de 1945.

En Europa, la Legación argentina en Berna, Suiza, colaboró con FM y el consulado en Zurich. Enrique Moss, el cargado de la Legación en Berna, recibió instrucciones de FM para llevar a cabo diversas misiones, que incluyeron la firma de contratos en nombre del organismo con ingenieros y científicos alemanes y austríacos, a los que se suministró documentación y dinero. Moss puede ser un personaje clave en esta historia. Sin embargo, Marcia Ras (Universidad de Buenos Aires, Becaria de Yad Vashem, del European Holocaust Research Infrastructure y del Holocaust Research Institute), consultada sobre Moss por este autor, indicó que no hay pruebas documentales, hasta ahora, que levanten sospechas sobre una colaboración del diplomático en el reclutamiento de técnicos con un pasado nazi comprometedor.

Potash supo por las actas de FM que también se firmaron varios contratos en el consulado de Zurich, pero en este caso la firma estuvo a cargo de un miembro del Directorio de la empresa, trasladado especialmente para llevar a cabo este reclutamiento.

Otro organismo que desempeñó un papel en el reclutamiento de “talentos” para FM fue la Comisión de Adquisiciones Aeronáuticas, que había sido enviada a Gran Bretaña. Esta comisión tuvo a su cargo las negociaciones preliminares con los 17 ingenieros polacos cuyos contratos fueron autorizados por el Directorio de FM en agosto de 1947, y firmados en Londres en octubre y noviembre de ese año. Es decir que los fondos de FM sirvieron también para reclutar técnicos polacos y de varias nacionalidades, no solo alemanes. Un dato importante para tener en cuenta.

La tarea de contactar técnicos extranjeros para FM también fue llevada a cabo por miembros del Directorio, enviados con tal misión a Europa. Los archivos muestran que el coronel Julio Hennekens fue enviado a Suecia e Inglaterra a fines de 1945, y al continente al año siguiente; hubo otros también. Los tres coroneles enviados, a juzgar por sus apellidos, eran de ascendencia alemana y, presumiblemente, hablaban el idioma. Este es otro dato muy importante para tener en cuenta.

Pero FM también utilizó especialistas importados para que regresaran a Europa en misiones de reclutamiento de colegas. En los documentos de FM destaca el Dr. Jorge Weiss, un especialista en comunicaciones.

Una de las actas del Directorio de FM, publicada por Infobae el 8/5/2025

El punto crucial a determinar en este asunto

La tarea de determinar cuántos de los europeos reclutados por Fabricaciones Militares fueron nazis, criminales de guerra o colaboradores de los nazis es un proceso que en 1998 Potash dejó incompleto; que pueda ser completado, despierta, al menos de mi parte, un gran interés.

Una lectura minuciosa de las Actas del Directorio de FM le permitió a Potash extraer 310 nombre. Al momento de redactar el informe de 1998, llegó a consultar 169 de los 310 legajos. Algunos estaban perdidos y otros no fueron analizados por falta de personal o tiempo: 10 correspondían a argentinos nativos, y otros 16 a residentes de antes de 1945. De los 143 contratados restantes que se analizaron, muchos legajos no estaban completos. En 21 casos, faltaban la fecha y/o el lugar de nacimiento, lo que dificultó ubicar sus nombres en las listas de miembros del partido nazi o de los criminales de guerra. Unos 79 fueron clasificados como alemanes, 12 como austríacos, y 25 como polacos. Otras procedencias fueron: 3 húngaros, 3 rusos, 2 yugoslavos y uno de cada uno de los siguientes países: Suecia, Italia, Francia, Checoslovaquia, Ecuador y Colombia. En diez casos no se pudo establecer su nacionalidad, pero al menos 7 tenían apellidos alemanes o austríacos. Por lo tanto, 98 de los 143 científicos, ingenieros y técnicos contratados por la FM después de 1945 provenían de los países que formaban parte de la Alemania nazi al finalizar la guerra.

Usando los nombres de 27 alemanes y de un austríaco de quienes disponíamos datos completos, arrojó ocho identificaciones positivas. Cuatro de estos nombres figuraban en el Registro Central del Partido Nazi (Zentralkartei) que se llevaba en la sede administrativa central del NSDAP, mientras que los otros cuatro figuraban en el Registro local (Ortsgruppenkartei), que era el registro regional de afiliados al Partido. Del resto no se llegó a contrastar contra las listas del partido.

Aquí debemos detenernos para realizar una importante reflexión

Los países que más técnicos de afiliación nazi reclutaron luego de la guerra fueron los Aliados vencedores, con la URSS y EE.UU a la cabeza. Lo que significa que un nazi afiliado al parido que hubiese sido reclutado por la Argentina no resulta en algo fuera de lo que cualquier país hacía en esa época. Otra cuestión diferente sería si, como en el caso de Eichmann, se determinara que se reclutaron criminales de guerra, además de afiliados al partido nazi, por supuesto: Es decir, nazi no es sinónimo de criminal de guerra; debemos hacer esa distinción.

Para agregar un nuevo eslabón a la cadena de la ruta de las ratas, es necesario demostrar que dentro de ese grupo de técnicos de países del Eje reclutados con el dinero de Fabricaciones Militares llegaron criminales de guerra, no simples nazis afiliados al partido, tal vez por convicción genuina o por conveniencia. 

En definitiva, si el Centro Wiesenthal logra conectar las operaciones y la financiación de FM con al menos un criminal de guerra nazi, habrá logrado un nuevo y significativo avance.   

 "Juan, lo viejo funciona": Si la intención del gobierno es treaer a la actualidad casos más comprometedores para el peronismo, están desperdiciando otras fuentes más prometedoras

Se sabe muchísimo desde hace décadas sobre esta metodología de escape nazi y la participación de Argentina en ella. No es nada nuevo o novedoso.

Luego de la guerra, Argentina montó un sistema de reclutamiento de técnicos que habían trabajado para Alemania; así llegaron Tank, Horten y otros destacados ingenieros. Otras naciones importantes también lo hicieron. Sin embargo, el Gobierno argentino se dedicó, bajo este sistema, a aceptar a criminales nazis que necesitaban urgentemente escapar de Europa y ocultarse con pasaporte falso. De técnicos no tenían nada. Muchas veces la documentación para el escape no fue proporcionada por Argentina, sino por la Cruz Roja u otras naciones. Horst Fuldner, un argentino ex SS, fue uno de los principales “reclutadores” de nazis que tuvo el Gobierno argentino en Europa. Proporcionó papes y facilitó la huida de muchos nazis que de técnicos no tenían nada. Pero no fue el único.
No solo llegaron criminales alemanes, el gobierno nazi croata casi completo se exilió y prosperó en Argentina gracias a esta ruta de escape.

Si lo que se busca es volver a poner en agenda la relación de Perón con los nazis, me pregunto por qué no se recurre a historias más concretas y menos rebuscadas, como el caso Osnar Helmuth, solo por poner un ejemplo.

Julio B. Mutti, Mayo de 2025

Fuentes:

Segundo informe CEANA, 1998, Robert Postash y Celso Rodriguez:

PERSONAL NAZI Y COLABORACIONISTA UTILIZADO POR EL EJERCITO Y LA DIRECCION GENERAL DE FABRICACIONES MILITARES (DGFM). PROYECTO DE INVESTIGACION DE LA CEANA. Informe de avance, julio de 1998.

Infobae: Documentos desclasificados: Fabricaciones Militares destinó USD 5 millones a misiones secretas en Europa al finalizar la Segunda Guerra. Mariel Fitz Patrick

Documentos sobre Enrique Moss en la Legación de Suiza: Swiss Federal Archives SFA (Gentileza Marcia Ras)