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La muerte de Martin Bormann y sus mitos (segunda parte)

A propósito de la antigua entrada sobre la muerte de Bormann en este blog, que dicho sea de pasa lleva miles de vistas, quisiera citar la opinión de Ignacio Klich. 

Bormann
¿Por qué volver sobre la mistificación de la muerte de Martin Bormann? 
Porque es un tema que no pasa de moda. Desde los sensacionalistas informes de prensa de comienzos de la posguerra, pasando por el cazador de nazis Simon Wiesenthal, los libros fantasiosos que siguen brotando de las editoriales y los programas de televisión con formato de Reality Show, se sigue intentando reusar lo que resulta evidente: Las pruebas de que Martin Bormann murió el 2 de mayo de 1945 son abrumadoras. 

Para quien no conoce a Klich, debemos señalar que se trata de un muy prestigioso investigador (Universidad de Westminster, Inglaterra, entre otras). Pero lo más importante, al menos para mí, es que representa mi forma de ver este “fenómeno”, por llamarlo de alguna manera. 

Klich escribió en 2000 un muy interesante artículo en la publicación Ciclos (Ciclos, Año X, Vol. X, N° 19, 1er. semestre del años mencionado). “La contratación de nazis y colaboracionistas por la Fuerza Aérea Argentina”. A pesar de formación académica, el autor se ve tentado en adentrarse en el tema Bormann en Argentina, algo raro, si se tiene en cuenta que los investigadores más renombrados y profesionales reusan generalmente adentrarse en temas de tan evidente falta de seriedad. Pero celebro que Klich lo haya hecho, por lo acertado de sus comentarios. 

Vamos a ver algunos de ellos: 

Bormann y Hitler 
“… el supuesto papel de Bormann en la huida de Tank y otros a Buenos Aires carece de asidero en la realidad, al no haber sobrevivido el delfín de Adolf Hitler la Segunda Guerra. Las dudas de la temprana posguerra sobre s muerte terminaron por evaporarse en la década de 1960,29 a pesar de la resistencia de ciertos periodistas a reconciliarse con tal realidad…” 

Luego agrega, también aludiendo al caso similar del mismo Hitler: “El intento más reciente de desmentir al informe Eizenstat en lo concerniente a Hitler, argumentando la supervivencia del ex Führer en la Argentina, le corresponde a un periodista genovés; basándose en Camarasa y otras fuentes, el periodista en cuestión intenta probar algo que podría equipararse a la verificación de que dos más dos son cinco” (creo que voy a apropiarme de esta frase tan simple como genial); “véase Patrick S. Burnside, El escape de Hitler…” 

Los inequívocos restos de Bormann fueron hallados donde lo vieron por última vez los testigos
Acerca la caja que existe en el Archivo General de la Nación sobre Bormann, que prueba que la policía recibió denuncias sobre su presencia, y que he revisado personalmente, puedo decir que lejos está, muy pero muy lejos, de probar algo al menos mínimo. Es la nada misma. Sin embargo, algunos trabajos “pseudo periodísticos” insisten en su “hallazgo” como una suerte de Santa Grial. Pero dejemos hablar a Klich, cuya explicación no tiene desperdicio: 

Cráneo de Bormann (izquiera) del médico Stumpfegger
“En su programa "The Evita Connection", realizado en 1998 como parte de la serie Foreign Correspondent, la cámara fue enfocada, por ejemplo, sobre la caja de Bormann en el AGN, sin alertar a los telespectadores sobre el contenido de ésta, que difícilmente prueba su llegada a la Argentina. De aplicarse la misma racionalidad a los avizoramientos y pedidos de informes sobre objetos voladores no identificados (OVNIs), la compilación de tal material redituaría una caja más voluminosa que aquélla de Bormann, que podría emplearse como evidencia de la existencia de OVNIs, sin que ello constituyera prueba acabada de tal cosa…” La claridad de Klich y de su explicación podría también ser aplicados a los tristemente célebres archivos del FBI, en los que algunos escritores afiebrados creen ver la prueba de que Hitler se fugó a la Argentina. Siguiendo esta tesis, entonces cual real sería la existencia del pie grande, si se toma como real cualquier denuncia de avistamiento que vaya a parar al a oficina de investigaciones. 

Desopilante cartel en Teyu Cuare, Misiones. Los especialistas del CONICET que excavaron la zona no fueron lo suficientemente responsables al comunicar sus hallazgos
Sobre Wiesenthal y su final aceptación de la realidad: “Por ejemplo, un prominente cazador de nazis, más propenso a las exageraciones que a las deflaciones respecto de las conexiones nazis de la Argentina, y sin lugar a dudas escasamente proclive a permitir que criminales de guerra nazis eludan la justicia, admitió haber "hesitado equivocadamente respecto de la muerte de Bormann", y que "la fiscalía de Francfort estaba en lo cierto cuando sostuvo que Bormannse había suicidado en Berlín en el transcurso de la noche del 2 de mayo de 1945".Véase Simon Wiesenthal, Justice not Vengeance…” 



El trabajo de Klich al que hago referencia se puede descargar de la Biblioteca Digital de la UBA.

Mandíbula de M. Bormann

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