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Afiliados al partido nazi en América

Un lobo gris al servicio de Su Majestad

27 de agosto de 1941. A 80 millas al sur de Islandia, un bombardero bimotor "Hudson" del Comando Costero británico vuela a baja altura a la caza de submarinos germanos. La máquina evoluciona en amplios círculos sobre el mar, mientras la tripulación mantiene una atenta y extenuante vigilancia. Es una misión más entre centenares de misiones iguales. Horas y horas de constante atención, recorriendo la superficie desolada del océano, tratando de descubrir en esa inmensidad un pequeño punto oscuro que señale la torreta de un sumergible o una blanca estela que delate su marcha a través del oleaje. Es una rutina agobiadora y monótona, que deshace los nervios, pero que debe cumplirse invariablemente, día tras día.
Un bombardero aliado lanza cargas a un sumergible VII C,
similar al U-570. Pueden verse las mismas
Esta vez, sin embargo, la suerte acompaña a los tripulantes del "Hudson". Repentinamente el piloto avista, perfilándose nítidamente sobre el mar, la silueta gris de un submarino alemán. Es una embarcación del Tipo VII C, de 769 toneladas de desplazamiento, uno de los mortíferos "lobos" que, jornada tras jornada, abren terribles claros en las filas de los convoyes que atraviesan el Atlántico. Alertando a la tripulación, el piloto enfila rectamente la nariz del "Hudson" hacia el submarino, dando plena potencia a los motores. 

Abajo los germanos avistan a su vez al bombardero y, con increíble celeridad despejan las cubiertas y proceden a sumergirse. En contados minutos el submarino se escurre bajo la superficie, pero el "Hudson", acortando re distancias, se sitúa sobre el punto donde la nave acaba de hundirse y lanza un racimo de cargas de profundidad... 

Una rápida sucesión los proyectiles estallan, levantando gigantescas columnas de agua. El "Hudson" toma altura y realiza un cerrado viraje para volver sobre el objetivo. Allá, abajo, el submarino emerge de entre las olas, con su estructura gravemente dañada por las bombas. La tripulación se precipita al exterior e intenta poner en funcionamiento las armas antiaéreas, pero el "Hudson", en pasada rasante dispara sobre ellos todas sus ametralladoras obligándolos a buscar refugio bajo cubierta. 

Entretanto, alertados por la radio del bombardero, otros aviones británicos se aproximan al lugar. Su acción, empero, no será necesaria. Desde su cabina, el piloto del "Hudson", con enorme sorpresa, ve surgir en la torreta del submarino una bandera blanca. La nave, imposibilitada de ofrecer, resistencia, se ha rendido. Así, por primera vez en la guerra, un submarino capitula frente a un avión. ¡Algo sin precedentes! 
U-570 luego de ser severamente dañado
por el Hudson;puede apreciarse el aceite
derramado. Foto: U-boot Archive
Posteriormente, el sumergible alemán (se trataba del U-570) será remolcado a Islandia y de allí conducido a Inglaterra, donde, bajo el nuevo nombre de “HMS Graph”, pasará a combatir en las filas de la flota británica. Sí, ¡un lobo gris al servicio de Su Majestad! 

El Kptlt. Hans-Joachim Rahmlow rindió a su nave contra todos las órdenes recibidas. Sin embargo, tuvo la precaución de destruir totalmente la documentación y la máquina Enigma. De todas formas, desde el mes de mayo, lo británicos poseían la máquina codificadora recuperada del U-110. 

La Royal Navy pudo hacer largo informes sobre los VII C. Se dice que quedaron asombrados, entre otras cuestiones, por la profundidad que era capaz de alcanzar, por lo que se desarrollaron cargas de profundidad que rebasaban los 200 metros. 

Luego de ser reparado, el “HMS Graph” realizó algunas salidas al frente de combate y logró confundir a más de un sumergible “hermano”. Solía llevar una gran bandera de la Rayal Navy cuando navegaba cerca de barcos de guerra británicos. Realizó varios ataques con torpedos, pero siempre fueron fallidos. Los oficiales ingleses no estaban aclimatados al U-570 y muchos mecanismos irremplazables comenzaron a fallar, por lo que debió ser decomisionado en 1943.

Fuente del relato:La Segunda Guerra Mundial N°55.1965, Picadilly Press. 1965, Editorial Codex 

En el U-boot archive pueden consultarse una amplia galería de imágenes e informes que en su momento fueron recopilados por los marinos británicos. A continuación reproducimos algunos de ellos.

El U-570 como el "HMS Graph". U-boot Archive

Todas las imágenes que se reproducen a continuación proceden del informe realizado por la US Navy. Fuente: U-boot Archive


Periscopio de ataque
Mira del periscopio de ataque
Sala de controles
Sala de máquinas
Motores dieses

Pie de la mira UZO para montar la mira sobre la torre.




La increíble historia de la explosión del SM U-52

Este extraño y peculiar suceso fue narrado por Johannes Spiess, comandante del SM U-52, en su libro de memorias de la Primera Guerra Mundial.

En 1917, Spiess, gracias a sus grandes logros a bordo del viejo U-19, fue asignado al comando de un sumergible más moderno, el U-52. Mientras se disponía a realizar su primera patrulla de combate, a fines de octubre de ese año, debió retornar a los arsenales de Kiel debido a una falla menor en uno de sus motores.

El 28 de octubre por la noche, el U-52 amarró al constado de uno de los grandes sumergibles crucero, el U-156. Al día siguiente, amarraron finalmente en el muelle.

SM U-52
Aprovechando la parada, Spiess ordenó una recorrida a toda la parte mecánica de los torpedos embarcados, con excepción de los tubos de popa, los cuales quedaron cargados.

Acompañado del ingeniero maquinista, el comandante se dirigió a dar cuenta al director de los astilleros de la entrada del submarino y de su próxima partida. Así, con algunos comentarios sobre el próximo crucero, llegaron al edificio de la dirección, que se hallaba en un lugar cercano al muelle. Acababan de entrar, cuando llegó a ellos una fuerte detonación que destrozó todos los vidrios del edificio…

Para consternación de Spiess, a medida que iba acercándose a su nave, pudo ir comprobando que la tremenda explosión había partido de su U-52. A partir de ese momento comenzó el drama, ya que la nave comenzó a irse a pique rápidamente. La superficie del mar era un enorme hervidero y en ella, como movida por hilos invisibles que parecían actuar desde el fondo del mar, la parte superior de la torre iba desapareciendo, con la escotilla completamente abierta. Muy cerca del submarino, un bote automóvil maniobraba desesperadamente para salvar a algunos hombres que habían podido abandonar aquél. Al poco rato, todo aquello se transformó en una fría y desesperante calma; la superficie del mar quedó desierta y sólo era alterada la tranquilidad de las aguas por las innumerables burbujas de aire que subían en el mismo sitio donde poco antes flotaba, orgulloso de sí mismo, uno de los mejores submarinos alemanes.

Había que esperar a que llegaran los buzos y las grúas para poder empezar a realizar los trabajos necesarios a fin de poner a flote el submarino. Pronto se supo que un bloque de acero de varias toneladas, y que fuera lanzado al aire por la fuerza de la explosión, había aplastado a un marinero que se hallaba sobre el puente central del "Prinzregent Luitpold". Otro marinero que estaba sobre la cubierta de un submarino fondeado próximo al lugar de la explosión también fue muerto por un pedazo de hierro; además, había numerosos heridos…

El rescate

Solo algunos pocos hombres faltaban a la lista de la tripulación y era evidente que habían quedado atrapados dentro del sumergible hundido a pocos metros.

El primer buzo que llegó fué el oficial de la Comisión de Recepción de Submarinos, teniente de navío Brautigam. Ya se había hecho el pedido de la grúa y bateas con bombas de achique. Brautigam golpeó repetidas veces sobre el casco; y esos golpes, efectuados desde el exterior, habían encontrado una respuesta, aunque mucho más débil, desde adentro, probablemente desde el puesto central. ¡Dentro del submarino había gente con vida!

El jefe de la tercera escuadrilla de submarinos, teniente de navío Gayer, que por obra del azar se hallaba en el arsenal con el buque conductor, fue el encargado de realizar las operaciones de salvamento. Los minutos iban transcurriendo con notable celeridad sin que se obtuvieran resultados positivos. En derredor del sitio en que se produjera la explosión, una enorme multitud fue apretándose más y más, a fin de presenciar la labor que realizaban las fuerzas de salvamento.

A las tres y media de la tarde fracasó la primera tentativa de reflotamiento. El barco se cayó de popa como consecuencia de haber resbalado a lo largo del casco el correspondiente estrobo. Dentro, un puñado de hombres había entablado una dramática lucha contra la muerte. ¡Se cumplían ya siete horas desde el momento de la explosión!

Cerca de las cinco, se comenzó a izar el barco con suma cautela y, poco a poco, fue apareciendo la proa sobre la superficie. Sobresalía netamente del agua el extremo superior del periscopio, que era un poco más alto que la torre. De pronto, un estremecimiento sacudió la multitud que se hallaba allí congregada: el periscopio central giraba movido desde el interior del submarino y dirigía una mirada de angustia. ¡Por lo menos había un ser vivo a bordo!

Por fin sobresalieron del agua dos escotillas; de inmediato fueron abiertas, y por medio de las bombas se pudieron vaciar, aunque no completamente los compartimientos de proa.

A eso de las siete de la tarde, el oficial buzo fue el primero en entrar al "U-52". Momentos de tensa expectativa siguieron esta maniobra, hasta que se vio volver a aquél. Dijo que, a causa de la gran cantidad de gases nocivos, resultaría por demás peligroso abrir el mamparo de estanqueidad que daba al puesto central. Había que seguir arriando el sumergible hasta que apareciera la escotilla de la torre.

El drama que desarrollaba dentro del U-52, fue relatado alguna vez por uno de los hombres que lograron sobrevivir, el timonel Schopka. Este marinero cumplía sus habituales funciones cuando una terrible sacudida lo echó de espaldas al suelo. El fuerte golpe le hizo perder el conocimiento y así, en esa posición e inconsciente, permaneció varios minutos. Cuando volvió en sí, vio que la gente pasaba corriendo a su lado y sintió un fuerte olor a pólvora.

Spiess
Ante la puerta de la escotilla, el oficial de guardia K. y el cocinero forcejeaban y se empujaban para tratar de salir lo más rápidamente posible. Finalmente consiguieron separarse y subir a la escala uno detrás del otro. En momentos en que Schopka iba a imitar la actitud de sus camaradas, recibió repentinamente un violento golpe en la cabeza y volvió a caer desvanecido. Por suerte, una tromba de agua helada que, a los pocos minutos entró por la escotilla, le hizo volver en sí.

Sentía la sensación de que el "U-52" se iba hundiendo irremisiblemente. El marinero de primera, Brohan, en instantes en que gateaba por la escala en un esfuerzo desesperado por salir a la superficie, fue echado abajo por cubierta de la escotilla que caía sobre ésta y por el torrente de agua que seguía entrando. Al caer Brohan golpeó con una de sus pesadas botas la cabeza de Schopka, siendo ésta la causa del desvanecimiento de éste, cuando trataba de escapar.

Ambos marineros trataron de reflexionar sobre la difícil situación en que se encontraban, y llegaron a la conclusión que solamente les quedaba como único camino de retirada el del puesto central. Como primera medida trataron, con toda rapidez y empleando todas sus fuerzas, de cerrar la puerta del mamparo estanco de proa. En ese preciso instante, alguien se puso a gritar para que también le dejasen entrar. Fue entonces allí, en que el grito de desesperación de su compañero lo hizo salir de la inconsciencia en que estaba obrando, para entrar de lleno en la cruda realidad de que estaba jugándose la vida. Su mente comenzó a trabajar con ritmo febril y todos sus movimientos adquirieron una fisonomía distinta a la que habían tenido hasta ahora. Volvieron a abrir la puerta del mamparo e hicieron entrar al segundo mecánico, que hasta ese momento debía haber estado desvanecido en algún rincón. De inmediato corrieron a cerrar la puerta de proa del puesto central, pero quedaba abierta la del mamparo de popa y por ella se introducía el agua que había entrado por los compartimientos popeles.

En dicho lugar se encontraban trabajando dos obreros del arsenal, los que se habían trasladado expresamente hasta allí para reparar los motores. Uno de ellos había conseguido entrar al puesto central y realizaba enormes esfuerzos para hacer entrar a su camarada que se encontraba en la cámara de motores dando gritos de espanto.

Lo que se proponía Schopka era poder huir por la torre, único lugar hasta entonces respetado por el agua; pero justamente en el instante en que se disponía a realizarlo, un tercer obrero, que había casi alcanzado la escotilla, fue echado violentamente hacia abajo por un golpe de agua que se precipitaba en el interior, y cayó de cabeza. Una vez más, una situación imprevista le había impedido la salida al exterior. No le quedaba más remedio que seguir luchando desde el interior del submarino con todas las armas posibles, para mantener su vida.

La cubierta de seguridad de la escotilla, que cierra la torre hacia abajo, estaba provista de muelles compensadores, y como no se encontraba fija en posición abierta, se abatió sobre sí misma por el empuje del agua. Sin embargo, y debido a la fuerte presión que ella ejercía, el agua seguía entrando por la parte superior del puesto central. En vista de ello, Schopka no tuvo más remedio que retirarse. No había, pues, más solución que lá de permanecer allí dentro.

Desde lo alto, continuaba entrando el agua. El mismo tubo de aire comprimido que venía de la cubierta no dejaba cerrar completamente la escotilla que comunicaba la torre con el puesto central. Se presentaba, entonces, otro escollo que era necesario eliminar rápidamente. Para ello, uno de los hombres enrolló un cable conductor de corriente eléctrica al volante de cierre y de él se colgaron todos, pudiendo así mantener Cerrada la escotilla todo lo que les era permitido. Sin embargo, quedaba una pequeña entrada; por suerte, no justificaba el alarmarse por ello, ya que la presión del agua no era muy grande debido al hecho de que el "U-52" descansaba a una profundidad de once metros aproximadamente.

Fue realmente providencial el hecho de que no se hubiera cortado la luz eléctrica. Eran ocho los refugiados en el puesto central: cuatro contramaestres, dos marineros de primera y dos obreros del arsenal. Todos los esfuerzos que desarrollaban aquellos hombres los iban agotando poco a poco. Pese a lo cual, el agua seguía entrando por todos los orificios que había en el interior del puesto.

Echado en el suelo, se hallaba el maestro mecánico H., quien gemía en forma incesante y penosa, ya que había sido herido de gravedad. La tremenda explosión le había arrojado de un modo inexplicable desde el lugar donde estaban los motores eléctricos, situado inmediatamente delante del de los tubos de lanzar de popa, hasta el puesto central, a través de la cámara de los motores Diesel, a lo largo de una distancia aproximada de trece metros.

El segundo mecánico y los obreros del arsenal, cada vez más débiles por los esfuerzos realizados, terminaron por perder el conocimiento. El resto del grupo, que aún poseía algunas fuerzas para seguir luchando, se pusieron de acuerdo a fin de resolver lo que debía hacerse. Como primera medida decidieron comunicar a los encargados del salvamento que estaban aún con vida y comenzaron a golpear el casco con un trozo de hierro, enviando el siguiente mensaje en sistema Morse: "Aún viven ocho hombres. El puesto central hace agua poco a poco. ¿Cuándo seremos salvados?" Trataban en un desesperado esfuerzo de observar por el periscopio, pero éste no emergía y sólo dejaba ver el agua que los rodeaban.

Aproximadamente a las cinco de la tarde experimentaron una ligera sacudida, y súbitamente penetró en el puesto un rayo de luz temblorosa. ¡Parece mentira cómo un débil rayo de luz puede cambiar la fisonomía de los hombres!

Todos se precipitaron al periscopio, pues dio la impresión que había emergido. El segundo mecánico fue quien llevó la voz de lo que ocurría en el exterior a sus camaradas. En efecto, aquél, que había recobrado totalmente el conocimiento y el dominio sobre sí mismo, fue quien se aferró primero al periscopio y con frases entrecortadas iba comentando: "Dos grúas nos han suspendido... Hay gran cantidad de gente en el muelle… Se ha acercado un bote y expone un papel ante el Objetivo... pero es imposible descifrar lo que dice..."

Fue en ese preciso instante en que hizo girar el periscopio para dar señales de vida.

Un grito de alegría escapó de los labios de Spiess cuando vi que la torre iba quedando libre. Luego de algunos minutos de efectuar esta maniobra, el U-52 se encontraba aligerado en su peso y, entonces, fue posible izarlo un buen trecho más, hasta que, finalmente, todo el borde de la escotilla salió fuera del agua.

Los ocho hombres habían sobrevivido, aunque otros habían perecido con la explosión.


El motivo del accidente

El pivote de contención de uno de los torpedos no se encontraba fijo sobre un sector de la cámara de aire, tal como debía estar más a popa, sobre el regulador, lo que probaba que cuando el torpedo se hallaba dentro del tubo tenía tanto juego que a cada instante podía ir a chocar contra la tapa de cierre exterior y, por tanto, producir la explosión. Esto fue, precisamente, lo que ocurrió cuando se inyectó aire comprimido en el tubo que acababa de ser engrasado.

Speiss volvió resignado al comando del viejo U-19. Pero, tiempo más tarde, el U-52, que no pudo ser destruido por su propio torpedo, fue reparado y volvió al frente de combate, logrando sobrevivir a la guerra.

Fuente: este relato se basa en las memorias de Johannes Spiess; “La guerra submarina sin restricciones”.


La guerra submarina sin restricciones

Reseña de un muy buen libro.

Johannes Spiess fue un oficial de la Armada Imperial del Kaiser durante la Primera Guerra Mundial. Se destacó como comandante del U-9, U-19 (el comando del cual logró casi la gran mayoría de sus hazañas), U-52 y U-135. 

Hundió 40 embarcaciones y mandó al fondo del océano a más de 80.000 toneladas enemigas. 

Años después de la gran guerra, Spiess publicó un muy buen relato que cuenta muchas de sus aventuras y experiencias a bordo de aquellos viejos pero mortíferos sumergibles de la Armada Imperial. Especialmente se centra en sus patrullas como comandante del viejo U-19, que al comienzo de la guerra fue comandado por otros oficiales germanos. En total, aquel viejo lobo hundió a más de 60 naves enemigas, sucumbiendo solamente por el final de la guerra y el colapso alemán. 

Destaca en el libro el relato del extraño episodio de la explosión del U-52, un sumergible que Spiess comandó por breves semanas, y el cual fu víctima de una explosión accidental que lo puso fuera de combate por largo tiempo. 

El oficial germano terminó la guerra a bordo del enorme sumergible crucero U-135, el cual fue empleado sobre el final de la lucha para contener los motines que se desataron a borde de los buques de superficie de la Armada Imperial. 
Recomiendo este libro porque nos da una mirada comparativa de lo distinto que era un sumergible de la Primera Guerra Mundial y uno de la segunda. Por ejemplo el accionamiento del periscopio manual, cuyo movimiento eléctrico apareció recién sobre el final de la contiendo. Pero las diferencias fundamentales estaban en el disparo de los torpedos, que carecía de los grandes adelantos técnicos aparecidos en el período de entre guerras. También la lucha antisubmarina era diferente y los elementos de detección y las cargas de profundidad apenas estaban desarrollándose. Así fue que los ingleses, ante las dificultades que representaba hundir un submarino sumergido, desarrollaron todo tipo de trampas y ardides para engañar a los oficiales imperiales. 

Las aventuras que relata Spiess, que fue condecorado en 1918 por la Orden de la Casa Hohenzollern, son muy entretenidas: lucha en superficie, entre sumergibles, contra buques de guerra, vapores enormes y pesqueros armados. 

¡Lo recomiendo! Es muy entretenido. Podes descargarlo de AMAZON aquí

Cañón de cubierta del U-19 de Spiess

U-19, segundo desde la derecha

1914; el año de la catástrofe

En este blog normalmente hablamos de temas relacionados a los años de la Segunda Guerra Mundial. Pero, ¿cómo entender al nazismo y estallido de 1939 sin comenzar desde 1914?
Max Hastings nos presenta esta magnífica obra, que entre sus principales virtudes tiene la de desmenuzar el año 1914, desde los días previos al gran estallido, hasta las famosas treguas de navidad del primer invierno, cuando ya todos los involucrados se habían dado cuenta de la espantosa guerra de trincheras en la que se habían embarcado.
El libro tiene casi 500 páginas y se publicó en conmemoración de los 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial.
Hastings, prestigioso periodista e historiador británico, ha hecho una labor titánica, con un detalle que llega hasta el hueso de cada hecho acontecido en el año de la catástrofe. Es interesante su revisión de las causas del conflicto desde la óptica de cada beligerante. Es muy crítico de las actuaciones de los líderes de ambas facciones involucradas, especialmente de Sir John French, comandante en jefe de las FEB en las primeras batallas. Pero tampoco se salvan los alemanes Moltke, Falkenhayn, y hasta Ludendorff, a quien llama el maestro de la táctica pero un desastroso estratega, y el mismo Hindenburg. La valoración de los oficiales rusos y austriacos queda para lo más bajo del escalafón. Tal vez los más elogiados son Foch, en algunos aspectos Douglas Haigh y Joffre. 
Muy recomendable.

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La bestia negra de los lobos grises

Los destructores británico fueron el "caballito de batalla" de la Royal Navy en el curso de la Segunda Guerra Mundial. Combatieron desde el primero hasta el último día.
Su desplazamiento alcanzaba las 1.350 toneladas, medías 323 pies de eslora y sus motores, de 34.000 HP, le permitían alcanzar una velocidad de 35 nudos. Estaba armado con cuatro torretas de un cañón cada una, de 4.7 pulgadas. Además, disponía de dos torres cuádruples de 4 tubos lanzatorpedos cada una. La tripulación era apenas de 143 hombres.
Los destructores de clases más antiguos como los A y B (el caso del que se representa en este post), y las varias clases que luego se fueron sucediendo, conformaron un verdadero pilar de la lucha antisubmarina y una pieza clave para la protección de los convoyes que cruzaban el Atlántico.
Fueron construidos en los astilleros de Gran Bretaña, Canadá y Escocia.    

Ver más abajo las referencias numéricas del croquis. Destructor Clase B.




REFERENCIAS

1 - Popa 2 - Rieles lanzacarga 3 - Grúa 4 - Cargas de profundidad 5 - Cañones de 4.7 pulgadas 6 - Ascensor de municiones 7 - Cabina de artilleros 8 - Luz de cubierta 9 - Mástil 10 - Altoparlante 11 - Timón auxiliar 12 - Aparejo de torpedos 13 - Torre lanzatorpedos 14 - Plataforma de faros 15 - Chimenea 16 - Bote salvavidas 17 - Plataforma antiaérea 18 - Reflector 19 - Antena 20 - Control de torpedos 21 - Telémetro 22 - Dirección de tiro 23 - Puente de mando 24 - Compartimiento de artillería 25 - Sala de reunión 26 - Sala de tripulantes 27 Cabrestante 28 - Depósito de cadena del ancla 29 - Proa 30 - Ancla 31 - Línea de flotación 32 - Compartimiento estanco (para embestir sub-marinos) 33 - Almacén de pinturas 34 - Almacenes de efectos navales 35 - Alojamiento de la marinería 36 - Cabina de radio 37 - Almacén de provisiones 38 - Tanque de fuelóieo 39 - Aislante 40 - Sala de suboficales 41 - Pañol de munichies 42 - Tanque de aceite.-43 - Estación de trasmisión 44 - Generador 45 - Caldera N9 1 46 - Caldera N9 2 47 - Turbinas 48 - Caja desmultiplicadra 49 - Enfermería 50 - Arbol propulsor 51 - Empaquetadura 52 - Cabina de oficiales 53 - Hélice de estribor 54 - Timón 55 - Comando de timón 56 - Mecanismo de dirección.

En el caso de los clase B, se construyeron nueve unidades:


HMS "Keith" H06 - Hundido en junio de 1940 por un Stuka durante la evacuación de Dunkerque
HMS "Basilisk" H11 - Hundido en junio de 1940 por un Stuka durante la evacuación de Dunkerque 
HMS "Beagle" H30 - Desguazado en 1946
HMS "Blanche" H47 - Hundido por mina en noviembre de 1939
HMS "Boadicea" H65 - Hundido por un Ju88 en junio de 1944
HMS "Boreas" H77 - Desguazado en 1952
HMS "Brazen" H80 -  Hundido en julio de 1940 por un Stuka
HMS "Brillant" H84 -  Desguazado en 1948
HMS "Bulldog" H91 - Desguazado en 1946


El HMS "Bulldog" sí que fue una bestia negra para los U-boote. En mayo de 1941 fue responsable de la captura del U-110; su subteniente David Balme encontró los cifrados y los códigos de la máquina Enigma. El U-110 fue llevado a remolque y "Bulldog" lo mantuvo a flote durante 17 horas y luego dejó que la línea de remolque resbalara. La intención era arrastrar el U-110 a Islandia, pero el Almirantazgo se dio cuenta de que esto habría sido un error. En 1944 fue responzable directo del hundimiento de U-719.

El viejo HMS "Bulldog" con un hermoso camuflaje.



Fuente: La Segunda Guerra Mundial N°55.1965, Picadilly Press. 1965, Editorial Codex S.A. Dibujo de S. Samaniego.

Entrevista para canal 10 de Uruguay en el Bar ABC

Aunque lo parece, no es un barcito del centro de Múnich. Es el restaurante alemán ABC en pleno centro porteño, Lavalle al 500.

Los amigos de canal 10 de Uruguay eligieron ese lugar especial para realizar una largo y entretenida entrevista para un documental sobre los nazis en Argentina. Recordemos que allí se reunían a tomar café dos tipos como Eichmann y Mengele, mientras coincidieron en Buenos Aires en los años cincuenta.

¡Gracias a Héctor Amuedo, Fernando Laureiro y todo el equipo de canal 10!

Desguace del U-534

Tal como mencionamos en la entrada "Las eternas patrullas del U-995 y el U-534", en el año 2008 los ingleses cortaron en partes al sumergible alemán U-534, que había sido rescatado del lecho marino. El Deutschen U-Boot Museums de Cuxhaven-Altenbruch me ha enviado por e-mail esta fotografía del momento del la división de los cascos.
Se puede apreciar el casco de presión, que es un perfecto cilindro alargado, y el casco exterior, que recubre ese cilindro y donde se alojaba el combustible y al agua o el aire según si el submarino deseaba sumergirse o permanecer a flote. Cuando el submarino estaba sumergido y se deseaba emerger, grandes cantidades de aire comprimido eran liberados en esas celdas para que expulsaran el agua e hicieran de esa forma mas liviana que el agua desplazada a la nave.
Podemos apreciar también que todos los elementos "vitales" para el funcionamiento del sumergible estaban alojados dentro del mismo casco de presión.


El Alamein; dos películas fundamentales

El Alamein fue el punto de inflexión de la guerra en el norte de África. A finales de 1942, el general Montgomery, que ya había tomado el mando del 8° Ejército británico, logró poner el fuga al Afrika Korps de Rommel y dar término a su brillante aventura dentro de las fronteras de Egipto. 

1. En 1969, se estrenó "La Batalla del Alamein", una coproducción italo francesa hablada en inglés. La película resume muy bien las alternativas de la batalla y la derrota final de los alemanes. Dirigida por Giorgio Ferroni.


2. Cuando se piensa en la guerra en el norte de África se tiene a pensar en los alemanes y el Afrika Korps. Pero muchas veces se olvida que los italianos fueron por miles a morir a las arenas del desierto. en 2002, los italianos estrenaron "El Alamein, en la línea de fuego", de Enzo Monteleone,una película completamente diferente a la clásica de la década de los sesenta. Esta producción narra las increíbles penurias de una unidad de la división de infantería Pavia, apostada por Rommel al sur de la depresión de Qattara, que fue arroyada por los tanques ingleses y que luego debió deambular por el desierto arrojada a su suerte. Es una película más dramática que bélica, pero que trae a la realidad las crueldades y las penurias de soldados italianos que ni siquiera confiaban en sus viejas armas.




Operation Finale

Finalmente Netflix estrenó la largamente promocionada "Operation Finale", del director Chris Weitz y escrita por Matthew Orton. La película cuenta la historia del secuestro de Adolf Eichmann (Ben Kingsley), el llamado arquitecto de la solución final, por parte del Mossad en la década de los sesenta. 
Tengo que decir que la película me gustó. Muy bien realizada y ambientada, con personajes muy bien logrados. La mayor parte de los hechos transcurren en Buenos Aires. Como porteño debo decir que se han logrado representar muy bien la mayoría de los detalles, con excepción de algunos no tan importantes como los aeropuertos.
Me ha resultado un poco larga, especialmente en los rodeos que van desde el secuestro hasta la evasión final a través de un avión comercial.
También me ha resultado algo inadecuado el texto que se da a conocer antes de la película, en el cual se pone a Eichmann casi a la altura de Himmler y Göring en la responsabilidad por la solución final. No se trata de quitar "mérito" a semejante nazi, sino de otorgar la jerarquía que realmente correspondía a cada uno dentro del esquema de las SS. En ese aspecto, la película sobre la famosa conferencia de Wansee de 1942 (La solución final, 2001), representa mucho mejor el rol de Eichmann como auxiliar del diabólico Heydrich.
El papel de Horst Carlos Fuldner está un poco exagerado, ya que era un nazi de "escritorio" que utilizó Perón para traer a los criminales de guerra. Aquí se lo representa como un agitador neonazi.
De todas formas la producción de Netflix se centra en los sucesos del secuestro, y en ese sentido está muy bien lograda. La recomiendo.




     

El Holocausto: miradas y experiencias argentinas

Jornada-Taller “El Holocausto: miradas y experiencias argentinas. A 80 años del Pogromo de Noviembre” 
Centro Cultural Paco Urondo 25 de Mayo 221 (CABA) 25 de octubre de 2018, 9 horas 
Organiza: Proyecto de Reconocimiento Institucional de Investigadores Graduados (PRIG) “El Tercer Reich, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto: miradas y experiencias argentinas” 

Programa 
9 horas. Acreditaciones. 9.15 horas. Discurso de apertura. Lic. Eliana Hamra, Museo del Holocausto de Buenos Aires. 

9.30 horas. Mesa I, “El rol del Estado en la implementación del Holocausto” - Primera Parte 
Coordinadora: Dra. Judit Arcusin, Facultades de Medicina y Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires ❖ “Juicios de Nüremberg y la trama de los profesionales médicos” por el Dr. Franco Fiumara (Juez)  
❖ “Bajo la mirada del Reich: el judío como un Otro racial” por Rodrigo Soto Bouhier (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “T4, el programa de eutanasia” por Rubén Saferstein (ORT) 
Break, de 10.30 a 10.50 hs. 
11 horas. Mesa I, “El rol del Estado en la implementación del Holocausto” - Segunda Parte ❖ “La sustracción de menores en el régimen nacionalsocialista durante la Segunda Guerra Mundial: perspectivas comparadas” por la Lic. Carolina Soledad Perelló (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “1938: la destrucción estatal como punto de inflexión en la radicalización de la política antijudía” por el Lic. Bruno Garbari (Museo del Holocausto de Buenos Aires) ❖ “La injerencia del nacionalsocialismo en la libertad de expresión y de prensa en la Argentina” por el Dr. Marcelo Blanco (Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires) 
Cierre del primer bloque. 
Pausa para almuerzo. 12.15 a 13.30 horas. 

13.30 horas. Mesa II, “Memorias y representaciones del Holocausto” 
Coordinadora: Lic. Eliana Hamra, Museo del Holocausto de Buenos Aires ❖ “El Pogromo de Noviembre (Kristallnacht), en la memoria histórica de la República Democrática Alemana.” por Víctor Manuel Lafuente (Doctorando del Instituto de Historia Iberoamericana de la Universidad de Colonia / Becario de la Bundesstiftung Aufarbeitung der SED-Diktatur, Berlin) ❖ “Archivos para la investigación: una aproximación a los alcances y contenidos de la documentación del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto para el estudio del período 1933-1945” por Laura Assali, Profesora de Historia y Archivista, Alba Lombardi, Licenciada en Historia y Archivista y Melisa Risso, Licenciada en Historia (AMREC) ❖ “La apertura de la memoria del Holocausto en Argentina” por la  Mg. Wanda Wechsler (Universidad Nacional Arturo Jauretche; Núcleo de Estudios Judíos (NEJ); Núcleo de Estudios sobre Memorias; Grupo “Lugares, marcas y territorios de la memoria”, Instituto de Desarrollo Económico y Social, IDES. Doctoranda en Investigación Histórica, UdeSA) ❖ “El Deshielo y la representación del Holocausto en la Unión Soviética”, por Alejandro Perna (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) 
Cierre del segundo bloque.

15 horas. Mesa III, “La Argentina como lugar de refugio” 
Coordinador: Lic. Yaacov Rubel, Seminario Rabínico Latinoamericano ❖ “Del antisemitismo en Europa a la UNT. El caso de intelectuales italianos en Tucumán”, por la Mg. Marcela Jorrat, Universidad Nacional de Tucumán. ❖ “Ernesto Epstein. Un argentino de regreso” por la Dra. Silvia Glocer (Área Artes del Espectáculo y Judeidad, Instituto de Investigaciones Artes del Espectáculo. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “Argentina y la llegada de criminales de guerra: el rol de Carlos Horst Fuldner” por Sergio Vilacha (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “Cómo se organizó la emigración de los refugiados judíos de Europa a la Argentina en la segunda posguerra” por Ariel Raber (Doctorando Universidad Torcuato Di Tella, Departamento de Estudios Históricos y Sociales) ❖ “Entre Europa y Argentina: los Landsmanshaftn en la inmediata posguerra” por Lorena Herszman (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “Bruno Weil y su familia. Las diversas ciudadanías como estrategia de supervivencia bajo el nazismo y para optimizar la lucha indemnizatoria posterior” por María Oliveira-Cézar (Centre de Recherches Interuniversitaire sur les Champs Culturels en Amérique Latine, CRICCAL, Sorbonne Nouvelle) 
Cierre del tercer bloque. 

17 horas. Mesa IV, “Posición argentina frente a la Segunda Guerra Mundial” 
Coordinador: Prof. Esteban González Rittler, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires ❖ “¿Neutralidad o beligerancia? La Argentina ante el dilema de la Segunda Guerra Mundial” por la Dra. María Inés Tato (Grupo de Estudios Históricos sobre la Guerra – Instituto Ravignani – CONICET-UBA / Escuela Superior de Guerra – Facultad del Ejército – Universidad de la Defensa Nacional) ❖ “Las relaciones diplomáticas entre la Argentina y el Tercer Reich a través de la lente: el caso del documental Fern vom Land der Ahnen” por la Prof. María Eugenia Druetta (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “Conducta oficial argentina ante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto” por el Emb. José R. Sanchís Muñoz (Consejo Argentino para Relaciones Internacionales, CARI / Universidad de Belgrano) 
Cierre del cuarto bloque. 

18.15 horas. Mesa V, “Argentinos victimizados durante el Holocausto” 
Coordinador: Dr. Federico M. Miliddi, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires 
❖ “Víctimas del Holocausto con ciudadanía argentina. Consideraciones generales” por la Mg. Marcia  Ras (Universidad de Buenos Aires - Université de Toulouse-Le-Mirail) ❖ “Ciudadanos argentinos detenidos en Zona Ocupada, 1941: un estudio de caso” por la Prof. Andrea Albarracín (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “Víctimas argentinas del Holocausto. Una aproximación a partir del caso de Gershon Willner.” por la Prof. Alejandra Peris (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “El Holocausto y los ciudadanos argentinos en los Países Bajos: recuperando historias fragmentadas” por Marina Mattina (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) ❖ “Beneficencia para refugiados judíos en Milano al inicio de la Segunda Guerra Mundial: la labor de un ciudadano argentino” Catalina Morresi (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) 
Cierre del quinto bloque. 
Cierre de la Jornada. 19.45 a 20 horas.


Duelo en el Atlántico

Estrenada en 1957, protagonizada por Robert Mitchum y dirigida por Dick Powell.
Un comandante de un destructor norteamericano se bate en un duelo cerrado contra un único sumergible alemán en medio del Atlántico Sur.  La película es a color, tiene muy buena calidad de imagen y dura 1 hora y 38 minutos. 
Más allá de vario errores resulta entretenida: Los alemanes estaban muy atrasados en el desarrollo de radares de pequeño tamaño para montar en los sumergibles, las pruebas habían sido muy poco alentadoras. Por lo tanto resulta exraño que el comandante germano se basara en un radas para detecar al destructor al comienzo de la película.En otra escena, se ve al VII C lanzado dos torpedos por popa, cuando en realidad poseía un solo tubo en ese compartimiento. También, al final de la película, el destructo barrena al submarino, pero, increiblemene este no se hunde; en la vida real, el endeble casco de 2 cm. de un VII C hubiera cedido de nmediato y se hubiera ido al fondo del océano en apenas segundos.
Con respecto al destructor americano, cuando estas embarcaciones atacaban con cargas de profundidad, debían, segundos antes, acelerar a toda máquina para evitar ser alcanzados por su propias descargas. En la película, el destructor navega alegremente y las cargas estallan alrededor del casco sin problemas.
Rescato, casi al comienzo de la pelpícula, una charla entre el comandane del submarino (que es al menos 15 años más viejo de la media de los comandante en la Segunda Guerra Mundial) y su primero oficial, que resulta muy didáctica para comprender la diferencia entre el sistema de disparos de torpedos en la Primera Guerra Mundial y el la segunda. En la gran guerra, podría decirse que el submarino era poco más que un gran cañón que debía ser apuntado a mano, más allá de poder regular la velocidad y profuncidad del torpedo, no se podía hacer mucho más que ello. Años más tarde, al estallar la segunda guerra, los sumergibles contaban con verdaderas "computadoras" primitivas de tiro: Una vez que el comandante centraba el blanco en el periscopio de ataque o en la mira UZO, pasaba los datos (distancia y velocidad) a la central de tiro y desde ese momento la máquina iba corrigiendo el disparo del torpedo hasta el momeno de accionar el tiro.

Película completa: