“Negocios son negocios”, de Daniel Muchnik, publicado por Edasa en 2007.
Hay libros largos (léase de miles de páginas) que a uno le resultan cortos; y libros cortos (de poco más de 100 páginas) que a una le resultan largos, interminables. Esto último me pasó con este ejemplar, bastante falto de ritmo en su prosa.
De todas formas, la formación económica del autor permite que la obra no deje de hacer un interesante aporte en datos relacionados a aspectos económicos de la Alemania nazi. Por ejemplo: resulta asombroso el ascenso meteórico que tuvo el PBI del país entre 1933 y 1939:
1933: 59.000 millones de RM
1936: 83.000 millones de RM
1939: ¡136.000 millones de RM!
“Los empresarios que financiaron el ascenso de Hitler al poder”, reza la bajada debajo del título de la obra. Esa es una promesa que el autor del libro no está dispuesta a mantener hasta el final, al menos no hasta el final del libro. Digo esto porque a partir de la página 90 en adelante (el libro tiene poco más de 180) es escasa la cantidad de veces que se retoma la senda del tema que debería ser el centro del ensayo. En lugar de eso, Muchnik se mete en una ensalada de temas dispares y variopintos, que puede llegar a tocar el Holocausto, la llegada al poder de Hitler, la Italia fascista, Francia, etc, todo con una ausencia notable de cronología a la hora de presentar los hechos.
Una cuestión que suelen confundir los historiadores es el tamaño del Landesgruppe Argentino (el grupo del partido nazi local). En Argentina nunca superó los 2.200/2.300. Ya desde las primeras líneas del capítulo 1 el libro habla de 10.000 miembros reunidos en el Luna Park en 1938. Ese día había más de 15.000 simpatizantes del NSDAP argentino, pero una minoría tenía el “honor” de formar parte del grupo selecto del partido. Los alemanes contaban con otras múltiples organizaciones para llenar el Luna Park, organizaciones penetradas por el germen nazi, por supuesto.
Una nota de color que porta Muchnik es que ese día habló ante la multitud nacionalsocialista el empresario Richard Staudt, de quien hablo bastante en algunas de mis obras, lo que no recordaba haber leído en el libro de R. Newton.
De todas formas, en los primeros capítulos el lector hallará un muy buen resumen de las empresas y empresarios que ayudaron, más para resguardar sus intereses económicos que por una cuestión ideológica, al megalómano y criminal Adolf Hitler a alcanzar el dominio total de Alemania y de casi toda Europa; porque “negocios son negocios”.
No he leído el libro, pero sería interesantes saber cuánto de ese PBI, se debía al intercambio de los bonos MEFO, ya que sabemos que los crecimientos estrepitosos de la economía son tan peligrosos como el no crecimiento de la misma. En cuanto a empresarios que ayudaron a llegar a A.H. al poder .....Hjalmar Schacht, fue el enviado por parte "de todos" los grandes empresarios de la banca e industria alemana, a presionar al "viejo" Hindenburg para que pusiera en el poder a A.H.(como canciller). Es posible, que desde el ingreso de este personaje a la taberna (a espiar a ese grupo) ya se haya pensado en tomar a un pequeño (minúsculo) grupo de derecha, que con dinero y apoyo, fuera elevado a partido de nivel nacional y que con la debida conducción llegara al poder.....Quizá (y sólo quizá) el elegido haya sido A.H. para llevar a cabo la acción (esta acción, es una "infiltración" de libro)..... El nazismo y dos guerras mundiales, quizá, sean escalones que alemania tuvo que recorrer para convertirse en lo que es hoy, ruta, que fue diagramada, sin tener en cuenta que producirían dos guerra y el nazismo en el medio, por el Coronel Nicolai, el Almirante Canaris y Gehlen, cabezas "visibles" de todo este desarrollo (desde 1890).....escribí quizá, el lector de estos temas, nunca debe cerrar la puerta a este "quizá".....Recuerden sólo un hecho, durante la guerra A.H. reúne dos veces a los industriales y banqueros, para convencerlos de que él, aún puede ganar la guerra ....parecería, que A.H. no era tan omnipotente como solemos pensar .....Conste, que se lo llevó al poder "por la fuerza de presiones" a alguién, que no había podido ganar las elecciones. Si o sí, A.H. debía ser canciller...¿quien tomó esta decisión? los jefes de Hjalmar Schacht.
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