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Embajada del Reich y residencia del embajador


Julio B. Mutti 
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Hace algunos días tuve la suerte de ser invitado a dar una charla en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El motivo fue la reciente publicación de mi libro sobre el embajador Eduardo Labougle y su misión en la Alemania de Hitler: "En el ojo del huracán".

Uno de los temas que se tocaron, durante la charla de tres horas, fue la localización exacta que tenía la Embajada de Alemania en Buenos Aires durante los años del nazismo. Debo mencionar que existe alguna confusión sobre este tema.

Edificio del Bco. Germánico, entrada por 25
de Mayo. Centro porteño en la actualidad
En mis libros me gusta mencionar que la sede de la embajada era 25 de Mayo 145 sexto piso, edificio del Banco Germánico. Esto es así, indudablemente, aunque si nos basamos en las guías diplomáticas del Ministerio de Relaciones Exteriores, la entrada oficial era la de Leandro N. Alem 168; el mismo edificio, pero referenciando la entrada que da a la mencionada avenida porteña. La referencia a la entrada por la calle 25 de mayo surge de los cientos de testimonios de los mismos alemanes de aquella época que existen en varios archivos. Por ejemplo, recuerdo en este momento que en las más de dos mil fojas judiciales de la causa contra los espías, todos hicieron referencia “25 de Mayo 145” como el “local” de la embajada. Esto pudo estar sujeto a que un par de piso por debajo de la representación funcionaban varias organizaciones nazis, entre ellas el mismo partido, y es sabido que NSDAP era omnipresente en cada organismo o aspecto de la organización de la comunidad alemana. De todas formas sigue siendo el mismo edificio del Banco Germánico.

La mayor confusión está dada por la enorme casa de la calle Quintana 161, en el hermoso barrio de recoleta, el “Palacio Balcarce”. Muchos libros mencionan como la sede de la embajada este último edificio. En realidad se trata de un error, ya que en realidad la casona fue destinada como residencia del embajador.

Dirección y teléfono de la Embajada de Alemania acreditados en la Cancillería. Guía Diplomática de 1942

En el Archivo del MRE existe una carpeta con varias fojas que ponen bastante claro esta afirmación (*). Se trata del expediente 18/1936, siendo la nota que inicia el expediente un telegrama de Eduardo Labougle de julio de ese año (telegrama cifrado 979 del 15 de julio de 1936). El diplomático argentino informaba a su gobierno que los alemanes solicitaban eximición de impuestos para la futura adquisición de una residencia para su embajador.Thermann había sido "ascendido" durante ese mismo tiempo de ministro a embajador y probablemente quería premiárselo con una nueva y muy espaciosa casa.


Palacio Balcarce en la actualidad
Alemania adquirió el Palacio Balcarce en enero de 1937 por la suma de $300.000 pesos. El 13 de enero, el embajador von Thermann pedía formalmente por nota 4/37 que el Estado argentino eximiera al alemán del pago de los impuestos relacionadas a la transferencia del inmueble y demás impuestos nacionales. El gobierno de Hitler pedía un tratamiento recíproco al recibido, meses antes, por Argentina cuando el Palacio Staudt, donado por el empresario homónimo, pasó a ser sede de la representación argentina en Berlín. Dicha exención fue otorgada por el Ministerio de Hacienda, aunque según consta en el expediente 818/H/1937 de la Administración General de Contribución Territorial de la Nación, el dueño anterior, señor José González Balcarce, fue notificado para cancelar dos cuotas de impuestos adeudadas.
Según el mismo expediente mencionado, la valuación fiscal al momento de la venta era de $520.000 (circunscripción 20, partida 1784).

En todas las fojas del mencionado expediente se aclara que la propiedad se adquiere para uso de residencia del embajador.

Ambos edificios, tanto el del Banco Germánico, sede real de la embajada, como la residencia del embajador en Quintana 161, siguen en pie y en excelentes condiciones de preservación.

En 25 de mayo 145 (o Alem 168) funciona una dependencia del Ministerio del Interior. En Quintana 161 funciona un restaurant y la sede del Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas.

El COFA, en su sitio de internet, nos ilustra un poco sobre la historia del Palacio Balcarce: “La casa fue propiedad del Sr. José González Balcarce y de Dña. Rosa Aguirre Anchorena de Balcarce, quienes iniciaron su construcción en 1913 finalizándola en 1916 bajo proyecto del Arquitecto británico Walter Basset Smith. Su diseño se inscribe en la Arquitectura Ecléctica, en boga en nuestro país entre los años 1880 y 1940 en los que este adquirió su conformación europeizada. Los González Balcarce constituían una familia de nobleza patricia, estando relacionada con el Gral. San Martín, quien fuera padrino de bautismo de Don José Patricio González Balcarce, padre del primer propietario de este solar. Esta casa, aproximadamente 20 años después, fue adquirida a sus primeros propietarios por la República de Alemania para residencia de su Embajador. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la Argentina se incautó del edificio. Esta construcción, de estilo Eduardiano se conserva dentro de sus características originales, siendo un reducto de refinado gusto estético, complementado con los adelantos del confort moderno.”


Y hablando de oficiales argentinos de las FFAA, nos cuenta Uki Goñi en su libro “Perón y los Alemanes”: “El 31 de mayo de 1945 (…) funcionarios británicos y estadounidenses fueron invitados a la apertura de la residencia del embajador alemán en la calle Quintana 161 (…) Nosotros ya estuvimos adentro anoche, susurró sorpresivamente uno de los diplomáticos argentinos en el oído de un colega cuando iban entrando en la residencia… Había un fichero que guardaban los alemanes con tarjetas individuales anotando las concurrencias de los visitantes argentinos de la embajada. Noté que habían sido removidas varias tarjetas, obviamente la de los militares argentinos que alguna vez habían sido huéspedes de la embajada”.

Muchos de esos huéspedes gobernaban la Argentina en ese momento, y hubiera sido bastante molesto que se hallaran sus nombres en el fichero mencionado.
Thermann debió retornar a Alemania en febrero de 1942 luego de verse envuelto en un escándalo de espionaje y actividades impropias de un diplomático; algo que narro estensamente en mi libro "Nazis en las sombras". El Tercer Reich ya no tuvo un embajador. Otto Meynen, encargado de negocios y segundo de Thermann, se hizo cargo de la representación. Meynen y su mujer Margret vivían sobre la calle R. de Elizalde.

Con respecto al hermoso edificio del Banco Germánico podemos decir que está ubicado en plena city porteña, justo donde la vieja y angosta calle 25 de mayo se reúne con Bartolomé Mitre, apenas a unos 150 metros de la Casa Rosada. Una edificación prolijamente revestida en granito y piedras calcáreas. El estilo de marcada influencia alemana y un aire art déco son inconfundibles, aunque para los distraídos transeúntes no sea muy diferente a los interminables edificios centenarios del centro de Buenos Aires. El talentoso arquitecto alemán Ernesto Sackmann fue el encargado del proyecto del Banco Germánico, inaugurado finalmente en 1928. El mismo hombre que realizó algunas otras obras características del centro porteño también relacionadas a la comunidad teutona, como el edificio Lahusen o el Banco Transatlántico. Sackmann aprovechó astutamente la barranca donde se hallaba antiguamente el Río de la Plata, dando origen así a un edificio de ocho pisos sobre la calle Alem y uno de cuatro sobre 25 de mayo.

El Banco Germánico apenas ocupó el subsuelo, la planta baja, el primero y el octavo piso. El resto del enorme edificio, rebosante de bronce y provisto de elegantes escaleras con barandas de hierro forjado, sería destinado a oficinas de alquiler. Pero no cualquiera iba a poder rentar una oficina en aquel formidable lugar de más de 1900 metros cuadrados que los alemanes habían levantado en pleno corazón de Buenos Aires. El sexto piso fue prontamente ocupado por la entonces Legación de Alemania. Para el año 1933, el simpatizante nazi y miembro honorífico de las SS, Edmund von Thermann, se hizo cargo de dicha representación. Para ese momento, la legación no había alcanzado el rango de embajada. Desde su amplio despacho, Thermann comenzó cobijar en el edificio a todo tipo de organizaciones alemanas, siempre y cuando respondieran a los preceptos del hitlerismo, por supuesto. Aquella vieja estratagema que abogaba por la unión del partido y el Estado no tardó en manifestarse también en Buenos Aires; el NSDAP, el partido nazi local, pronto se instaló apenas unos metros por debajo del Thermann. El listado de organizaciones alemanas (totalmene dominadas los por los nazis) que funcionaba en 25 de mayo 145 es realmente muy amplio.
 
(*) Agradezco a Marcia Ras, docente UBA, por el trabajo en archivo del MRE.
  




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