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Afiliados al partido nazi en América

Un espía nazi en el barrio de Recoleta


Una tarde de abril de 1945.

Edificio de concreto oscurecido por el paso del tiempo. Balcones redondeados, árboles centenarios y veredas angostas. Barrio coqueto de la vieja Buenos Aires.
Melita Tietz salió aquella tarde por el pequeño Hall de Rodríguez Peña 1533. Miró hacia ambos lados, insegura, como sintiéndose observada… Caminó hasta la esquina y giró a la derecha. Un paso trepidante, nervioso, la condujo por Las Heras y la depositó en Avenida Callao…
El oficial Goldaraz pensó por un momento que la hermosa mujer se había perdido entre los peatones. De repente, un claro le permitió divisarla justo en el momento en que la blonda alemana entraba a un comercio de electrodomésticos al 1.600 de la vieja avenida.
Rato después, en viaje de vuelta hacia el departamento de Rodríguez Peña, Goldaraz le dio la voz de alto…

La llave de la joven Melita abrió la sin esfuerzo la puerta del departamento del primero piso letra B.
Allí estaba. Relajado, leyendo, con un cigarro a medio fumar en su mano y un vaso de Coñac sobre la pequeña mesa. Esperando lo inevitable, lo sabido. El reloj marcaba las 18:05 hs. y de haber llegado la aguja hasta los 20 minutos la historia se hubiera repetido. Hubiera eludido una vez más a los agentes de Coordinación Federal.

Johannes Siegfried Becker, el espía alemán más importante en Occidente, finalmente había caído. 



2 comentarios:

  1. Gracias julio por su informacion! Es interesante todas sus publicaciones

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  2. Do you have more information about Melita Tietz?

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